lunes, 2 de febrero de 2009

IKIRU




Vivimos esclavos de la necesidad y la queja, sólo sabemos que necesitamos tanto... si al menos supiéramos qué es.
Vivimos necesitando, siempre necesitando.

A veces en los días de vino y rosas, a veces en los días de planetas alineados, pasa ese todo, fugazmente, por nuestro paladar.
Y desde ese segundo vivimos obsesionados por buscar ese sabor, por recordarlo al menos…vivimos esclavos, vivimos siendo máquinas expendedoras de necesidad y quejas, hasta que llega la siguiente estrella fugaz.

Morimos buscando.
O morimos porque no encontramos.

Veo todos los días, en las clínicas de las penas que llaman bares, vestidos con un traje de humo, gente cansada de buscar, mientras sus médicos, al otro lado de la barra, les consiguen su medicina.
Veo cada poco, gente con casa, coche, mujer e hijos, intentado convencerse de que han encontrado, nerviosos porque no encuentran dónde está el fallo.

Cuando me asomo a la ventana solo veo melancohólicos, borrachos de buscar.

Yo, vivo en la ventana, sin moverme de ella, por el miedo de que si vuelvo a entrar, tendré que mirarme a mí mismo. Por que se que entonces tendré que hacerme la pregunta de si merece la pena una vida de búsqueda por sólo unos momentos de estrellas fugaces.

Cada puñado de tiempo, cuando vuelves a darte cuenta de que sólo la soledad quiere escucharte , cuando el péndulo de mi vida llega al punto de suspensión, durante lo que dura una estrella fugaz, consigo olvidarme de que soy humano, de que estoy buscando.

Y entonces puedo sentarme en una alfombra de césped. Notar cómo éste se cuela entre mis dedos. Saber que estoy solo yo y el paisaje. Y entonces, por fin no importa estar solo, no importa no saber a dónde voy, ni a quién espero. Porque entonces se dibuja la sonrisa perfecta en mi cara, y al lado de eso, todo lo demás es insignificante.



5 comentarios:

Anónimo dijo...

Genial....

(Ángel)

Anónimo dijo...

me has dejado sin palabras.
Campanilla.

Alba María dijo...

Creo que es la segunda vez que leo esta entrada y es porque la primera me llamó tanto la atención que me picaba el gusanillo de volver a leerla... ¿sabes? creo que no puede ser más cierto lo que dices... es... sencillamente genial y sobre todo 100% tú.
Me encanta este Fran!!

Alba María dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Marta dijo...

Claro que me dejaste sin palabras, es tan...tan...TAN.