martes, 8 de septiembre de 2009

Youkali

Con Septiembre llega un tema del álbum sobre música del compositor Kurt Weill, "September Songs", se trata de "Youkali".



Youkali es como la vida. Mejor dicho, hay bastantes youkalis en la vida de muchos. Youkali es la isla donde arriban muchas barcas vagabundas, la isla donde no existen los problemas ni los conflictos, donde existen inagotables la igualdad, los amores compartidos, el respeto a los deseos, el entendimiento, la salud...
Pero Youkali es el espejismo. Es la isla a cuyas orillas llegamosde cuando en vez, pero que nunca nos deja tomar tierra.

Igual que la vida, la letra del tango nos da a conocer a Youkali, nos pone la miel en los labios, y tan pronto como hizo esto, nos la arrebata.
¿Solo creemos ser felices cuando inevitablemente inventamos pequeñas islas como Youkali para nuestra vida cotidiana?
Youkali es también la liberación del mañana que tantos esperan.

Pero ya lo dice el tango... No hay ningún Youkali.



Está casi en el fin del mundo.
Mi barca vagabunda,
errante a merced de las olas,
me condujo allí un día.
La isla es muy pequeña,
pero el hada que allí vive,
amablemente nos invita a visitarla.
Youkali, es el país de nuestros deseos,
Youkali, es la felicidad, es el placer,
Youkali, es la tierra donde nuestros problemas se acaban
¡Es, en nuestra noche,
como un relámpago de luz,
la estrella que seguimos,
es Youkali!

Youkali, es el respeto a todos los deseos intercambiados,
Youkali, es el país de los bellos amores compartidos,
es la esperanza que está en el corazón de todos los humanos,
la liberación que todos esperamos para el mañana.
Youkali, es el país de neustros deseos,
Youkali, es la felicidad, es el placer…
Pero es un sueño, una locura.
¡No hay ningún Youkali!
Y la vida nos entrena,
Pesada y cotidiana.
Pero la pobre alma humana,
buscando una escapada por todas partes,
ha sabido, para abandonar la tierra,
encontrar el misterio
en el que todos los sueños se esconden
en algún Youkali.
Youkali (…)

1 comentario:

Anónimo dijo...

La utopía está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se desplaza diez pasos más allá. Por mucho que camine, nunca la alcanzaré. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso: sirve para caminar. Galeano.