sábado, 29 de junio de 2013

¿Por qué no apoyo esta reforma educativa?

Quizás estoy loco a los ojos tecnocráticos del siglo XXI, pero creo firmemente en la educación como formación de personas justas, buenos profesionales más allá de la memorización de contenidos y no de futuros profesionales-técnicos de éxito.
Y que el buen profesional y el buen desarrollo económico de un país quizás es mejor cuando sus gentes son capaces de evadir dogmas, cuando son formadas en el tratar de saber, de seguir dominando competencias, de, por qué no, saber seguir teniendo ilusión y buscando realizar un trabajo de calidad.

La filosofía, la ética, la música... las considero fundamentales e intocables en la educación obligatoria. Enseñan a las personas a intentar no ser dogmáticas, a ser críticas, a argumentar, a ser sensibles y a tener una visión más amplia del sentido de la vida. En la nueva reforma educativa, se reducen considerablemente e incluso contraponen la asignatura de ética a la de religión. Los futuros ciudadanos de este país quizás nunca lleguen a mantener ciertos debates y a realizarse algunas preguntas que para mí son decisivas. Por eso, aunque se que nuestro sistema educativo requiere de muchos cambios y optimizaciones, no puedo apoyar esta reforma educativa.
Nota: obligado citar que mucho de esta reflexión se debe a la profesora Adela Cortina y su ética de la economía.

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