sábado, 3 de enero de 2009

Muerte de José de San Martín, Primera parte (1/2)

El lunes pasado, mientras José de San Martín se desangraba en el suelo de su cocina, solo pensaba en todo lo que no había hecho. Aunque en una ocasión tan especial como ésta, intentaba cumplir con el protocolo, y esperaba ver pasar toda su vida en un minuto, acordarse de las personas que le quisieron a lo largo de sus 52 años de vida: su familia, su ex-mujer, sus compañeros de café y aventuras de juventud… Sólo podía pensar en los libros que no había leído, las películas que no había visto, la música que no había escuchado, y en que nunca confesó sus verdaderos sentimientos a la mujer que más amó.

Aunque José de San Martín había tenido muchas amantes en su vida, e incluso había llegado a casarse, cada vez que la recordaba, humo y bourbon corrían por sus venas.
Eran de todo lo que había fumado y bebido demasiadas noches, mientras pensaba en ella, y mantenía una lucha en su interior por alejar ese tipo de pensamientos de una mujer que lo amaba como persona y amigo, pero que nunca estaría con él.

Ella era una mujer delgada, casi enclenque. Aunque, como todos, estaba plagada de defectos, José había aprendido a que éstos ni siquiera lo molestasen. Para José estaba por encima de las demás personas que conocía. Cada vez que la providencia los reunía en cualquier rincón de su pequeño pueblo, el día cambiaba para él.

Había perdido la cuenta de los años que la conocía, y debido a su amistad de tantos años, sabía que si le transmitía sus verdaderos sentimientos la haría partícipe de un problema y una carga que sólo él debía llevar.
En la oscuridad del mundo de José de San Martín, incomprensiblemente para él, esa mujer era la única que iluminaba.

En realidad José de San Martín quería suicidarse desde hace tiempo. Aunque en el fondo lo sabía, era demasiado cobarde para siquiera planteárselo. Así que, inconscientemente, ideó otra forma de suicidarse: conseguir que lo mataran.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Supongo que para un militar como él le será más facil conseguir que lo maten, no? ;)
Espero con interés el final de la historia...

Fran Andreo dijo...

Este José de San Martín no es militar. Es un hombre tranquilo que vive en su casa de campo. De joven se propuso ver mundo, pero no fue muy allá y regreso a su pueblo, donde nació, hasta la hora de su muerte

Dr. Godi E. Horaged dijo...

Vaya vaya vaya, me descuido un momento y ya tengo 3 nuevos compañeros blogers... una muy grata sorpresa (al menos la de dos de ellos, la otra... la dejaremos en sorpresa... xD). Suscrito quedo, asi que procuraré leer lo que escribas con asiduidad.

PD. en cuanto a lo del blog gonzo... jejejeje, digamos que tengo planes para vosotros... (mirada gonzo)
PPD. Mañana os explicaré como es la "mirada gonzo". xD

Anónimo dijo...

me ha encantado esta última entrada, tanto escrito como música.
Espero ansiosa la segunda parte.

Campanilla.